¿Sabías que las velas no solo atrapan el viento, sino también las historias de quienes las cosen?
Coser velas no es una tarea cualquiera; requiere precisión, materiales de alta resistencia y experiencia para garantizar que soporten los caprichos del viento y las olas.
En Altavela cuidamos cada detalle en el mantenimiento de velas. Ya sea un pequeño desgarro, refuerzos en los puntos críticos o un ajuste personalizado, las manos de nuestro equipo, como las del Elfo altavelero hoy, trabajan con aguja, dedal marinero y máquina de coser.
No hay vela que se resista a nuestra dedicación.
Al final, las velas bien mantenidas son el alma de cualquier barco a vela, y nuestro equipo lo sabe mejor que nadie.
“Marinero sin aguja, no remienda su velamen” — nos recuerda un refrán antiguo. ¡Y qué cierto es! Un pequeño descuido puede transformarse en una gran avería en alta mar
En Altavela, sabemos que navegar es mucho más que izar velas y disfrutar del viento. Detrás de cada travesía hay una labor minuciosa, realizada con manos expertas, paciencia y mucha pasión. Por eso, dedicamos este día a destacar los oficios artesanales del mar que, aunque a menudo pasan desapercibidos, son el corazón de cualquier embarcación bien mantenida: el cosido de velas, el acastillaje, la subida a los palos y el mantenimiento que hace que cada barco luzca impecable y, sobre todo, funcione con seguridad.
Si las velas son el alma, el acastillaje es el esqueleto que lo sostiene todo. Desde los herrajes hasta las poleas, pasando por cabos y grilletes, cada pieza debe estar perfectamente colocada y en óptimo estado.
¿Te imaginas al elfo altavelero subido a un palo, revisando las jarcias y engrasando las poleas con el viento soplando en su cara? No es una tarea para cualquiera. Subir a los palos exige conocimiento técnico, buen equilibrio y mucha valentía. En Altavela nos ocupamos del mantenimiento completo del acastillaje, asegurando que cada tornillo, cada cabo y cada mosquetón estén listos para afrontar cualquier travesía
No hay dos barcos iguales. Por eso tratamos cada mantenimiento como si fuera un traje a medida, adaptándonos a las particularidades de cada embarcación, revisando desde la obra viva (la parte sumergida del casco) hasta los detalles del interior.
¿Sabías que…?
• Las agujas para coser velas son especiales, tienen punta curva para atravesar las gruesas capas de tela.
• Los veleros tradicionales pueden tener más de 1 km de cabos (cuerdas) entre escotas, drizas y jarcias.
• Subir al palo mayor de un velero puede suponer alcanzar los 20 metros de altura o más, ¡como un edificio de seis plantas!
Recuerda, el cuidado de un barco es como el cuidado de un amigo: requiere tiempo, dedicación y cariño. En Altavela lo hacemos con profesionalidad y pasión, para que tú solo tengas que preocuparte de disfrutar del mar.